Ecofilosofía
"Hay momentos en la vida en que la cuestión de saber si uno puede pensar de otra manera de cómo piensa y percibir de otra manera de cómo percibe, es indispensable para continuar mirando y reflexionando." (Michael Foucault)
martes, 8 de enero de 2013
El secreto del Homo faber
la necesidad de la energia
lunes, 7 de enero de 2013
Selección y eliminación
Historia de la energía
Dejemos el apocalipsis a los mayas
Hay quien afirma que sólo una suerte de holocausto tecnológico podría salvarnos. Que el vernos obligados a volver a relacionarnos con la naturaleza nos abriría los ojos. En mi opinión ésta no sería solución alguna.
Imaginemos que, por cualquier causa, todos los aparatos tecnológicos, todo cuanto nos rodea dejase de funcionar. Ni móviles, ni teléfono, no más apretar un botón y que haya luz, ni abrir un grifo y que salga agua. Ni coches, ni fábricas, ni aparatos médicos de ningún tipo, ni medio de comunicación con vida. Sería el caos más absoluto. Ni siquiera los "medios del orden" podrían hacer nada por evitarlo. ¿Creeis que la humanidad se levantaría, se echaria la hazada al hombro y saldría a buscarse la vida? Saqueos por doquier, la ley del más fuerte, asesinatos, muerte. Y mientras, las cabezas pensantes del pentágono, los altos mandos y los grandes científicos lucharían con todas sus fuerzas por recuperar la tecnología perdida. Por muy azul que se vuelva el cielo o muy saludable que la vida sea.
La tecnología no es solo una creación del ser humano, no es una herramienta prescindible. Es la herramienta por excelencia, algo irremediablemente unido a él.
Muchas generaciones tendrían que pasar para que se adapatasen a la forma de vida de, por ejemplo, la antigua grecia. Y aún así, generaciones venideras cometerían los mismos errores que nosotros cometimos. La tecnica, la tecnología es el modo que desarrolla el ser humano para sobrevivir a un medio que, por naturaleza, le es hostil. No es algo que le pueda ser arrebatado, su destrucción total solo llevaría al surgimiento de otra nueva.
domingo, 6 de enero de 2013
¿Quién mató al coche eléctrico? (I)
Puesto que como todos sabemos, si no obtenemos beneficio, no es rentable. Vamos a hablar sobre un caso especialmente interesante, un caso que en mi opinión refleja bastante bien como funciona el negocio de la ecotecnología. Este caso llevó a la realización de un documental titulado “Who Killed the Electric Car?”
A principio de la década de los 90, California poseía unos de los niveles más altos de contaminación en Estados Unidos. Este problema afectaba cada vez más a la población, llegando a causar enfermedades respiratorias generalizadas. Como consecuencia y aprovechando el auge de los coches eléctricos se instauró una ley que obligaba a todos los fabricantes vender al menos un automóvil con 0% de emisiones de CO2. Entre todos, apareció el primer coche eléctrico fabricado por General Motors, denominado EV1, el protagonista de esta entrada. Un coche que cumpliría en la actualidad, todas las expectativas para un coche eléctrico, siendo rápido, silencioso y no contaminante. Este invento consiguió extenderse,- aunque sólo podía ser alquilado-, y sirvió de ejemplo a otros modelos de coches eléctricos. A pesar de su éxito, California empezó a recibir presión social para eliminar la ley, y evitar la extensión de los vehículos eléctricos.
Pero ahí no acababa la cosa, ya que comenzaron a retirarse todos estos vehículos, sin dar más justificación a los “propietarios” que veían impotentes como iban desapareciendo, hasta acabar por completo con todos los vehículos eléctricos existentes en carretera. El destino final de la mayoría de ellos fueron las máquinas trituradoras. Entonces, realmente, ¿Quién mató al coche eléctrico?