martes, 11 de diciembre de 2012

(III) La responsabilidad de elegir

Nuestra técnica es el mayor ejemplo de antropocentrismo que podríamos haber encontrado. Calculamos posibilidades, vemos qué opción o cuál otra es más rentable, buscamos beneficios, diseñamos cárceles que nos permiten minimizar los gastos, preveemos hasta dónde llegan los límites que un animal puede soportar y cuándo éste ha dejado de ser productivo. Analizamos, una y otra vez. Y aplicamos las tecnologías más lucrativas. Económicamente, los dueños de las industrias cárnicas ganan, ¿pero qué ganas tú?
Hemos aplicado nuestras más modernas técnicas en este campo para que sirvan mejor a nuestros fines. Ya no tienes que ir a cazar al bosque o a pescar al río. Lo natural ha quedado reducido al cadáver de animal que se encuentra en la estantería frigorífica de todos los supermercados que te rodean. Pero el sistema capitalista no atiende a las necesidades de los consumidores. El ciclo alimenticio queda roto por la superproducción. Hemos doblegado a los animales con la técnica, y ya no estamos en igualdad de condiciones, ni inmersos en un prototípico 'ciclo de la vida'. 
Podríamos apelar a cualquiera de los múltiples argumentos que sostienen el movimiento vegano, pero me centraré en el moral. El uso que podíamos obtener de los animales como alimentación (al igual que un león se alimenta de una gacela, o un tiburón de peces más pequeños) se ha trastocado y se ha transformado en abuso. Hemos roto ese equilibrio al que apelamos cuando decimos que comer carne 'es natural'. 
'La gente puede tener la esperanza de que la carne que compra proviene de un animal que murió sin dolor... pero en realidad no quieren enterarse'
Esa es la diferencia. Nosotros podemos escoger. Comprar carne que ha sido producida en sufrimiento y torturas es dar consentimiento, es aceptación. Es el modo de seguir apoyando esta poderosa industria y darle el sustento que necesita: su financiación. Sólo hay una manera de no prestar complicidad a un modo de producción sostenido por el sistema capitalista: no participes en él. Lo perverso no es la técnica, es lo que el hombre hace con ella. El camino empieza con la concienciación. Un hombre que no ignora lo que de manera indirecta apoya con sus decisiones adquiere un valioso poder, la capacidad de decidir de manera plenamente consciente. Una actitud distinta genera una técnica distinta, una técnica que no atienda sólo a lo económico o a lo útil, sino que responda ante la moralidad.
El animal es individuo. Es sujeto de una vida, experimenta una vivencia individual de su bienestar y malestar, con independencia de la utilidad que esto reporte en los intereses de otros seres. Nosotros somos animales. Ellos también. Tenemos diferencias, eso está claro, pero todos poseemos un valor intrínseco que nos hace merecedores de un trato digno. El capitalismo gana dinero con esta explotación. Los animales pierden su vida. Nosotros, aún podemos decidir. ¿Te compensa violar el valor inherente de un individuo?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Andrea,

Leyendo tus entradas, si bien tratan temas específicos, plantean la misma cuestión o pregunta de fondo. Lo que se mantiene en todas ellas es la pregunta: ¿qué es lo que ganamos con toda la explotación y sufrimiento que padecen los animales? Dejas claro el beneficio en el empresario y el perjuicio en el animal, lo que no aclaras es en qué sentido nosotros, los que no estamos ni en un lado ni en el otro, salimos ganando y a qué precio (se entiende que no económico). Supongo que se debe, precisamente, a que es la pregunta que lanzas para que reflexionemos personalmente cada uno de los que te leemos. Pues bien, me gustaría lanzarte dos preguntas:

1) ¿Crees que el consumo de productos cárnicos, pese a no ser, como decías, el “problema base”, contribuye a acrecentar los "vacíos morales" de la industria cárnica? Si es así, ¿en qué sentido?

2) Recuperando el “problema base” que mencionabas en la primera parte de tu trilogía, esto es, “el no haber reflexionado sobre esa postura tan fundamental que asumimos sin cuestionarnos” entiendo que te refieres a la elección personal acerca de tu régimen alimenticio, si bien no al consumo de carne, lo que haces es remontarte al momento de toma de decisión y “elección de una postura al respecto”. Si no es así, corrígeme. Supongo, por lo que leo, que para ti será una decisión fundamental y de una importancia central como defensora de los derechos animales. Por eso, cuando expones como propósito de la entrada “reflexionar sobre otras opciones de vida”, entendiendo que éstas son las diferentes opciones en las que dirigir tu base y régimen alimenticio, pienso en algo muy concreto, que son explícitamente esas “opciones de vida”. Pero, lo que desarrollas en la entrada no es eso, se trata más bien, como dices de “al menos, realizar el esfuerzo de eliminar la capa de ignorancia que recubre las cuestiones sobre el origen y la producción de aquello que empleamos para alimentarnos” (“aquello” que empleamos para alimentarnos es la carne, el animal), que viene a ser la problemática del sufrimiento animal y del desarrollo de las técnicas de producción industrial en el campo de la alimentación.

Dicho lo cual, aunque la elección de la postura no sea el problema base, si bien fundamental, según lo que dices, no dejo de sentir que de hecho si es problemático el pronunciarse por el consumo cárnico, basándome en lo que expones. Insisto, no digo que lo explicites, de hecho no es así, pero por el contenido, por las implicaciones, por lo relevante de la elección que todos tomamos y sobre la que no reflexionamos parece que, en conjunto, sostiene en buena medida el “peso de la prueba”. ¿Significa esto que deberíamos reflexionar sobre otras opciones? Es lo que esperaba hacer tras leer tu entrada pero no es eso lo que he hecho. El foco está en el origen y la producción de los alimentos, que son un atentado contra la dignidad animal, según queda expuesto en la entrada. Se hace un diagnóstico del “olvido moral” y, por eso, partiendo del hecho de que las opciones son varias y la industria alimentaria tiene que dirigirse a satisfacerlas, ¿cómo se podrían satisfacer las necesidades alimentarias que surgen de la libre elección de un individuo que opta por consumir productos cárnicos sin atentar contra la dignidad del animal?(esta es la segunda pregunta). Todo esto suponiendo que sea posible que algo así exista, es decir, que sea compatible el trato digno de un animal con el fin para el cual es medio, por muy mal que suene, con el hecho de que, de hecho, su carne se consume en “cantidades industriales”. Digo medio para un fin porque, como reflejas en tu entrada, asumiendo su trágico final, su vida no es mucho más digna en la medida en que sufren y son mal tratados.

He planteado mis preguntas de manera y modo que, tanto si mi interpretación del texto es correcta como si no, puedas responderme igualmente.

Un saludo,
Raquel Morales

Unknown dijo...

bien, trataré de contestar a todos los interrogantes que me planteas.
en primer lugar, sí, creo que el consumo de carne acrecenta el vacío moral de las industrias que lo promueven. el veganismo es sólo una vía por la que combartir contra esa amoralidad que se está produciendo. digo que se acrecenta en el sentido de que consumir carne que proviene de esas industrias, y que ha sido producida de esa manera en concreto, sólo provoca que esa falta moral se siga manteniendo, que siga resguardada en el ovido, a gran recaudo. consumir carne es algo que todos los seres humanos omnívoros realizan a diario, pero si analizamos lo que va más allá del plato que tenemos frente a nuestros estómagos, veremos que hay muchos impedimentos morales que deberían trabarnos en la facilidad de ese consumo, esto es, hay que ser conscientes del sufirmiento y la sobre-explotación que se lleva a cabo para que nosotros podamos tener ese plato en nuestra mesa, y pensar si compensa todo ese sufrimiento con esa innecesaria satisfacción. mi opción personal es no comer carne, pero podemos encontrar otras. por ejemplo, podíamos responsabilizarnos de que la carne que consumimos procede de granjas ecológicas, donde si bien el animal sigue relegado al puesto de recurso, cuenta con algunas libertades que ni por asomo se ofrecen en las granjas industriales.
en segundo lugar, sí, creo que deberíamos considerar otras opciones de vida, o al menos, asumir nuestra opción de vida de manera plenamente consicennte, es decir, sabiendo lo que nuestra opción implica. si no he expuesto en profundidad esas formas de vida que muy brevemente te he nombrado arriba, es porque creo que hace falta un paso previo, que no todos hemos llegado a la conclusión de que hay algo mal en esta parte del sistema y debemos reflexionar cómo de verdad es y cómo deberíamos cambiarlo si para nosotros supone algo negativo. las opciones primera y más obvia es el veganismo: si no queremos apoyar este tipo de producción porque nos parece que es moralmente nefasta, no consumamos eso que rechazamos moralmente. bañandos con prejuicios como estamos, nos surgen esas ideas que se nos han impuesto, que un vegano no se alimenta correctamente, que tiene carencias vitamínicas..etc, en síntesis, si creemos que estas industrias actuan mal y no queremos prestarles nuestro apoyo, pero la postura vegana nos parece demasido 'radical' para una primera toma de contacto con esta concienciación en el campo de la ética animal, podemos recurrir a otras opciones, tales como consumir carne procedente de granjas ecológicas, como ya he dicho antes. el animal sigue siendo sacrificado para nuestras propias 'necesidades' (y lo expreso entre comillas porque no considero que las proteínas animales sean necesarias, sino más bien todo lo contrario, que son sutituibles) pero no estará sometido al dolor, estrés, maltrato y hacinamiento que tendría si desarrollase su vida en el otro lugar. es una opción que hoy en día encontramos en muchos de los supermercados que nos rodean, y si bien no apoya la igualdad de trato entre todos los animales, tanto humanos como no humanos, que yo creo que merecen y merecemos, es un acercamiento a buscar el respeto y el mantenimiento de su dignidad como seres vivos.
espero haberte aclarado las preguntas, sino, ya sabes, toda aportación nos ayuda.

Unknown dijo...

bien, trataré de contestar a todos los interrogantes que me planteas.
en primer lugar, sí, creo que el consumo de carne acrecenta el vacío moral de las industrias que lo promueven. el veganismo es sólo una vía por la que combartir contra esa amoralidad que se está produciendo. digo que se acrecenta en el sentido de que consumir carne que proviene de esas industrias, y que ha sido producida de esa manera en concreto, sólo provoca que esa falta moral se siga manteniendo, que siga resguardada en el ovido, a gran recaudo. consumir carne es algo que todos los seres humanos omnívoros realizan a diario, pero si analizamos lo que va más allá del plato que tenemos frente a nuestros estómagos, veremos que hay muchos impedimentos morales que deberían trabarnos en la facilidad de ese consumo, esto es, hay que ser conscientes del sufirmiento y la sobre-explotación que se lleva a cabo para que nosotros podamos tener ese plato en nuestra mesa, y pensar si compensa todo ese sufrimiento con esa innecesaria satisfacción. mi opción personal es no comer carne, pero podemos encontrar otras. por ejemplo, podíamos responsabilizarnos de que la carne que consumimos procede de granjas ecológicas, donde si bien el animal sigue relegado al puesto de recurso, cuenta con algunas libertades que ni por asomo se ofrecen en las granjas industriales.
en segundo lugar, sí, creo que deberíamos considerar otras opciones de vida, o al menos, asumir nuestra opción de vida de manera plenamente consicennte, es decir, sabiendo lo que nuestra opción implica. si no he expuesto en profundidad esas formas de vida que muy brevemente te he nombrado arriba, es porque creo que hace falta un paso previo, que no todos hemos llegado a la conclusión de que hay algo mal en esta parte del sistema y debemos reflexionar cómo de verdad es y cómo deberíamos cambiarlo si para nosotros supone algo negativo. las opciones primera y más obvia es el veganismo: si no queremos apoyar este tipo de producción porque nos parece que es moralmente nefasta, no consumamos eso que rechazamos moralmente. bañandos con prejuicios como estamos, nos surgen esas ideas que se nos han impuesto, que un vegano no se alimenta correctamente, que tiene carencias vitamínicas..etc, en síntesis, si creemos que estas industrias actuan mal y no queremos prestarles nuestro apoyo, pero la postura vegana nos parece demasido 'radical' para una primera toma de contacto con esta concienciación en el campo de la ética animal, podemos recurrir a otras opciones, tales como consumir carne procedente de granjas ecológicas, como ya he dicho antes. el animal sigue siendo sacrificado para nuestras propias 'necesidades' (y lo expreso entre comillas porque no considero que las proteínas animales sean necesarias, sino más bien todo lo contrario, que son sutituibles) pero no estará sometido al dolor, estrés, maltrato y hacinamiento que tendría si desarrollase su vida en el otro lugar. es una opción que hoy en día encontramos en muchos de los supermercados que nos rodean, y si bien no apoya la igualdad de trato entre todos los animales, tanto humanos como no humanos, que yo creo que merecen y merecemos, es un acercamiento a buscar el respeto y el mantenimiento de su dignidad como seres vivos.
espero haberte aclarado las preguntas, sino, ya sabes, toda aportación nos ayuda.