Hay quien afirma que sólo una suerte de holocausto tecnológico podría salvarnos. Que el vernos obligados a volver a relacionarnos con la naturaleza nos abriría los ojos. En mi opinión ésta no sería solución alguna.
Imaginemos que, por cualquier causa, todos los aparatos tecnológicos, todo cuanto nos rodea dejase de funcionar. Ni móviles, ni teléfono, no más apretar un botón y que haya luz, ni abrir un grifo y que salga agua. Ni coches, ni fábricas, ni aparatos médicos de ningún tipo, ni medio de comunicación con vida. Sería el caos más absoluto. Ni siquiera los "medios del orden" podrían hacer nada por evitarlo. ¿Creeis que la humanidad se levantaría, se echaria la hazada al hombro y saldría a buscarse la vida? Saqueos por doquier, la ley del más fuerte, asesinatos, muerte. Y mientras, las cabezas pensantes del pentágono, los altos mandos y los grandes científicos lucharían con todas sus fuerzas por recuperar la tecnología perdida. Por muy azul que se vuelva el cielo o muy saludable que la vida sea.
La tecnología no es solo una creación del ser humano, no es una herramienta prescindible. Es la herramienta por excelencia, algo irremediablemente unido a él.
Muchas generaciones tendrían que pasar para que se adapatasen a la forma de vida de, por ejemplo, la antigua grecia. Y aún así, generaciones venideras cometerían los mismos errores que nosotros cometimos. La tecnica, la tecnología es el modo que desarrolla el ser humano para sobrevivir a un medio que, por naturaleza, le es hostil. No es algo que le pueda ser arrebatado, su destrucción total solo llevaría al surgimiento de otra nueva.
"Hay momentos en la vida en que la cuestión de saber si uno puede pensar de otra manera de cómo piensa y percibir de otra manera de cómo percibe, es indispensable para continuar mirando y reflexionando." (Michael Foucault)
lunes, 7 de enero de 2013
Dejemos el apocalipsis a los mayas
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