lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Naturaleza artificial?


Siempre se oye y se discute que el ser humano, mediante la razón y la tecnología que ha desarrollado, ha creado un mundo artificial alejado de la naturaleza pero, ¿es esto cierto?

Remontémonos al origen: la razón nos vino dado por naturaleza, uno de los mayores dones dados por la evolución, luego hemos de coincidir en que la razón es natural. De modo que, aunque parezca un silogismo de lo más simple, si la razón es natural, todo lo que nazca de ella ha de ser natural.

Si muchos ecologistas sostienen que no somos superiores a los animales, es porque se basan en la certeza biológica de que somos animales, ¿acaso un animal puede actuar en contra de  la naturaleza? Y otra cosa a la que quiero llegar es: ¿es el todo mayor que la suma de sus partes?

Cada especie vive según sus posibilidades y nosotros no hemos hecho lo contrario. Construir una casa no es diferente de construir un nido: el nido está hecho de ramas y barro y la casa está hecha de ladrillos(y los ladrillos no son otra cosa que barro). Del mismo modo se puede hablar de nuestros modos de agrupación: una comunidad de vecinos no es muy diferente a un panal de abejas y una ciudad no se diferencia mucho de una colonia de hormigas. A esto me refería con que el todo no es necesariamente mayor que la suma de sus 
partes. Siempre si nos remontamos al origen encontramos algo natural.

Todo lo que hacemos es darle nuevos usos a los recursos que extraemos de la naturaleza, usos que derivan de nuestra razón y, ¿acaso es menos natural que los usemos? Evidentemente no. Y sé que muchos pensarán que no tenemos medida (pero eso sería una cuestión ética y de eso no quiero tratar en esta última entrada) sin embargo yo planteo que penséis esto: el ser humano es de los pocos animales que tiene sensación de saciedad. Un perro, una vaca o un tiburón tigre no tienen más medida que el límite de sus posibilidades, pero 
sino, estarían comiendo continuamente (las vacas no hacen otra cosa de hecho).

En conclusión: Que nosotros tengamos un abanico mayor de posibilidades nos viene por razón (natural) y no por artificio, ¿o acaso pensáis que si los animales tuvieran la posibilidad de crear mejores refugios para sus crías no lo harían?(por poner un ejemplo simple)

sábado, 15 de diciembre de 2012

La desmaterialización del mundo

El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se ha convertido en imagen (G.Debord)


La aparición de internet ha traído consigo ventajas e inconvenientes al ámbito de la comunicación. Gracias a internet la comunicación se ha descentralizado y permite dar voz a más gente, pero cabría reflexionar sobre los inconvenientes de la llamada 3º revolución industrial. Internet, al igual que la economía financiera ha avanzado tanto que no necesita lo material para trabajar, sino que virtualiza la vida y el dinero; desmaterializa el mundo para poder trabajar con él. Esta desmaterialización y virtualización de la vida tiene unas fuertes repercusiones sobre los individuos en sus relaciones con otros, consigo mismos y con el mundo.

El fin al que aspira todo sujeto en condiciones capitalistas es a la acumulación de dinero, y el dinero no tiene un valor tangible sino intangible, esto es, el individuo invierte en el trabajo su esfuerzo y tiempo físico para recibir a cambio algo abstracto. Así pues, si los sujetos tienden a acumular algo que no es real, no entiendo por qué nos preocupamos tanto de la plataforma social facebook, ya que en ésta  se acumulan  virtualmente experiencias, amigos, gustos musicales, imágenes etc.

Esta virtualización del mundo ha llevado al desdoblamiento del sujeto, en la cual el sujeto que se siente impotente y  reprimido en su realidad, utilizará la red social como refugio y espacio vital en el cual realizarse.  Entonces, estamos inmersos en un mundo en el que hemos invertido la realidad y lo que es verdaderamente real no es más que un mero añadido de lo virtual. La vida deja de ser  experimentada como tal por mor de la realización personal, y pasa a ser la fuente a la que el sujeto irá para acumular experiencias que más tarde digitalizará y publicará en su perfil. De esta manera, el sujeto acumula tantas imágenes como acumularía el dinero, puesto que ésta es ahora su manera de sentirse realizado. Esto es, el sujeto publica imágenes no solamente para realizarse, sino para demostrar al mundo que se siente realizado y que en definitiva,  es feliz ¿Qué otra cosa puede hacer si hasta lo más natural que es el trabajo se ha desmaterializado?

¿Qué tiene lo desmaterializado-virtualizado que tanto atrae al sujeto? Las redes sociales e internet son la ilusión de que no existe el silencio, la soledad y la muerte. Es la falsa ilusión de la presencia eterna y la anestesia del sentimiento trágico de la vida. Una vez que las hemos conocido ¿Podemos vivir sin ellas?




Marina de Dios









viernes, 14 de diciembre de 2012

Una tecnología más ecológica


Si hablábamos con anterioridad de una introducción a la “conciencia de las máquinas”, esta siguiente entrada tiene como propósito ahondar en esa conciencia ecológica otorgada a los artefactos para prevenir y paliar distintos tipos de amenazas a los que nos enfrentamos actualmente.

Frente a las convencionales y ya conocidas energías fósiles o no renovables; se imponen cada vez con más fuerza las energías renovables, éstas se caracterizan por el uso de sus propios recursos y recursos naturales de un modo más sostenible. A su vez, encontramos dos vertientes en las cuales poder usar este último tipo de energías, estas son, el uso particular y el industrial.

En el ámbito particular o doméstico existe una gran variedad de productos más ecoeficientes que hallamos habitualmente en cualquier vivienda. Para hacernos una idea, un ejemplo de este tipo de productos son electrodomésticos A++, luces de bajo consumo, productos de limpieza orgánicos,etc que en su totalidad, nos ayudan a reducir emisiones y alcanzar el fin propuesto. El cliente, además de dichos productos de calidad y eficiencia, valora una imagen social, comprometida y ética por parte de la empresa, por lo que cada vez más se precisa de esa transparencia en el mercado y en los ecoproductos.

A nivel empresarial las políticas ambientales son cada vez más crecientes y directamente ligadas al uso particular o domestico, por eso con mayor frecuencia encontramos máquinas que se adecuan a esa intención ecológica. Las empresas ecoeficientes son aquellas que, ante el impacto ecológico, invierten en un consumo energético más favorable y respetuoso, además de la utilización y financiación eficiente en el uso de sus recursos, por lo que constantemente se producen cambios y mejoras en la gestión de este tipo de industrias. Entre las propuestas más destacadas encontramos campañas de reciclaje, apuesta por recursos más naturales y cambio el sistema de producción por aquel desarrollo más sostenible, entre otros.

Como conclusión, hemos de destacar que la solución a muchos de los problemas ambientales planteados en el marco actual, son posibles gracias a la innovación tecnológica además de un compromiso medioambiental por parte de todos los niveles sociales.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Experimentación animal: perspectiva desde las tres R.


Dado que mi compañera ha dado su opinión en contra de la experimentación animal, me gustaría dar otra visión del asunto, a favor de la misma. Me basaré para ello en un artículo de Antonio Pardo Caballos, profesor del departamento de humanidades biomédicas de la Universidad de Navarra: Ética de la experimentación animal. Directrices legales y éticas contemporáneas.
Este artículo comienza con una explicación de los grupos detractores de la experimentación animal como PETA(People for the Ethical Treatment of the Animals) que quiere evitar cualquier sufrimiento inútil de los animales en base a un sentimiento afectivo. Apelan a los sentimientos y no a la razón y con sufrimiento inútil se refieren tanto al sacrificio de animales con fines alimenticios, como a peleas de perros o gallos. Esta apelación de los sentimientos se ve  en la distinta intensidad de las campañas según la ternura que despierte el animal muerto (pone el ejemplo de que creó más conmoción la muerte de crías de focas que los millones de pollos que mueren por la alimentación humana).
También hablará de Peter Singer y su obra Animal liberation. Dirá que no existen diferencias cualitativas entre humanos y animales, todos son un cúmulo de células que funcionan coordinadamente. Los animales tienen autoconciencia y son capaces de sentir y sufrir como los humanos. No pueden defender sus derechos, por lo que esto es una campaña de justicia en toda regla y no una simple apelación a los sentimientos.
Incluso muchos científicos han criticado la experimentación animal diciendo que no pueden extrapolarse los resultados de los estudios hechos en animales a los humanos porque no son biológicamente iguales, por lo que los efectos del experimento no serán igual en humanos que en animales.
Frente a todo esto cabe decir, en primer lugar, que claramente hay ejemplos de sufrimiento inútil (como se ha dicho las peleas o pruebas de productos estéticos como ha indicado mi compañera en su anterior entrada) pero que unos pocos cometan tales aberraciones no debería condenar la experimentación médica que sólo busca mejores medicamentos y fármacos para enfermedades como el cáncer que hoy nos preocupan. Además, era más inhumano cuando ni siquiera se contaba con anestesia en las primeras etapas de la experimentación animal. No trataré el tema sobre nuestra alimentación.
En segundo lugar, se sabe que muchos sistemas fisiológicos y bioquímicos no tienen apenas variación en toda la escala zoológica (como el citocromo o los ciclos de los azúcares) por lo que si se prueba un fármaco que afecte a estos sistemas perniciosamente, podemos decir casi con total seguridad que actuará de igual modo en el ser humano. Además, los experimentos dependen de muchas variables por lo que no siempre salen bien, por lo que los investigadores se sirven de cálculos estadísticos para enumerar los experimentos que salen bien frente a los que salen mal(dichos cálculos deberían hacerlos los detractores de la experimentación para tener una base firme para la crítica).
En tercer lugar si hay una normativa que regula este tema. La normativa europea estipula que debe evitarse cualquier sufrimiento o en su caso que sea el menor posible, siempre que sea la única manera de realizar el experimento (si se puede hacer sin usar ningún animal y aún así se usa, está penado por la ley). Para esto está la regla de las 3R: Reemplazar, Reducir, Refinar.
La primera dice que si se puede evitar usar animales y usar sustitutivos será siempre preferible; la segunda, en el caso de tener que usar animales, usar sólo los animales necesarios y no más de lo que se necesita; la última R se refiere a los procesos que pretenden minimizar el sufrimiento o la ansiedad de los animales. Se debe tener en cuenta lo siguiente:
-Empleo de equipamiento adecuado y entrenamiento y experiencia correctos de los investigadores.
-Empleo de animales más bajos en la escala filogenética.
-Empleo de animales expresamente criados en cautividad. Si no se pueden obtener, se mira que los animales sean fáciles de obtener para evitar largos transportes y cuarentenas.
-Examinar los procedimientos.
-Procurar que la muerte espontánea del animal no sea el punto final.
-Disminuir los efectos secundarios de los procedimientos empleados mediante anestesia, analgesia, etc, si es posible.

En definitiva, si bien muchas investigaciones(no estrictamente científicas) provocan un sufrimiento innecesario a los animales, no debemos condenar la experimentación pues existe una legislación dirigida específicamente a no producir sufrimiento ni físico ni psicológico a los animales y, aunque no lo parezca, esta legislación se respeta por la gran mayoría de la comunidad de investigadores.

Alejandro Far Huete

martes, 11 de diciembre de 2012

¿Es posible hacer un sistema de producción humanista?

El ser humano nunca ha podido acceder directamente a la naturaleza, es por ese motivo por el que desarrolló la tecnología; ésta no sólo le permitía relacionarse mediáticamente con la naturaleza, sino que hacía más productivas y eficientes las actividades humanas cotidianas. Pero hoy en día no podemos decir que la tecnología sea un mero medio al servicio de la actividad humana, sino que también es una poderosa fuerza que actúa en la trama social. El avance  tecnológico ha cambiado nuestra forma de relacionarnos los unos con los otros, la forma de expresarnos, la manera de desenvolvernos en el mundo, y sobre todo nuestra actitud hacia la vida ¿Podemos seguir afirmando que la tecnología está al servicio de la humanidad, o deberíamos plantearnos si es que son los humanos lo que están al servicio de la tecnología? ¿Es posible hacer un sistema de producción humanista?

Ahora bien, antes de seguir avanzando cabría preguntarnos y reflexionar sobre nuestro sistema de producción, ya que el avance tecnológico está íntimamente ligado a la producción, y todo ello afecta a las relaciones humanas que se dan en la sociedad: ¿Cuáles son las características de nuestro sistema de producción? Nuestro sistema productivo no atiende a las necesidades humanas, produce constantemente y de manera irracional, esto es, desconociendo si su producción satisfará la demanda social o no. La producción del trabajo se realiza individualmente sin establecer contacto con otro ser humano, luego, si desconocemos las necesidades del otro ¿Para qué trabajamos? El trabajo ha dejado de ser ese yo abstracto como diría Hegel en el que nos realizamos, y ha pasado a ser ese producir constante de forma mecánica en el que no se contempla las necesidades humanas. No hay que perder de vista que el trabajador es a la vez consumidor ¿Cómo va a trabajar individualmente? Si trabaja aisladamente sólo responderá a sus necesidades, de ahí que en este sistema prime el egoísmo, el fin individual y no el colectivo. Al trabajar para otra persona es cuando el trabajo adquiere una acción transformadora, esto es, el yo al trabajar es reconocido por el otro en el trabajo y viceversa, se da un reconocimiento en el trabajo. Yo trabajo y y tu me reconoces así por eso mismo, porque tú también trabajas.

La sociedad, por mor de la continua producción-consumición crea falsos deseos en los individuos, de manera que pasa a ser  la única que pueda "satisfacer" dichos deseos (consumiendo sus productos) bajo una promesa de felicidad. El problema aparece cuando el sujeto se percata de que la consumición de dichos productos no le genera felicidad sino desilusión, y es entonces cuando embauca su vida a la eterna consumición que desemboca irremediablemente en la continua insatisfacción. Esto no significa de modo alguno que el sistema engañe al sujeto, sino que es el sujeto mismo el que se auto-engaña ya sea de manera consciente, preconsciente o inconsciente porque quiere creer cualquier patraña que le proporcione algún tipo de placer por pequeño que sea, y se funde con el conformismo mermando su capacidad crítica. Engáñame, necesito creermelo. De esta manera el sujeto deja de lado su individualidad para convertirse en un sujeto ejecutor de unos deseos que no le pertenecen.

¿Es posible hacer un sistema de producción humanista? No, puesto que pensar en un sistema productivo que no se preocupe del beneficio sino de los seres humanos sería no pensar en un sistema productivo tal y como lo concebimos. Por ello, creo que antes de pensar en la posibilidad de un sistema de producción humanista tendríamos que plantearnos la siguiente cuestión: ¿Los principios de la vida están subordinados a los de la mecanización, o son los principios de vida los predominantes?






Marina de Dios


(III) La responsabilidad de elegir

Nuestra técnica es el mayor ejemplo de antropocentrismo que podríamos haber encontrado. Calculamos posibilidades, vemos qué opción o cuál otra es más rentable, buscamos beneficios, diseñamos cárceles que nos permiten minimizar los gastos, preveemos hasta dónde llegan los límites que un animal puede soportar y cuándo éste ha dejado de ser productivo. Analizamos, una y otra vez. Y aplicamos las tecnologías más lucrativas. Económicamente, los dueños de las industrias cárnicas ganan, ¿pero qué ganas tú?
Hemos aplicado nuestras más modernas técnicas en este campo para que sirvan mejor a nuestros fines. Ya no tienes que ir a cazar al bosque o a pescar al río. Lo natural ha quedado reducido al cadáver de animal que se encuentra en la estantería frigorífica de todos los supermercados que te rodean. Pero el sistema capitalista no atiende a las necesidades de los consumidores. El ciclo alimenticio queda roto por la superproducción. Hemos doblegado a los animales con la técnica, y ya no estamos en igualdad de condiciones, ni inmersos en un prototípico 'ciclo de la vida'. 
Podríamos apelar a cualquiera de los múltiples argumentos que sostienen el movimiento vegano, pero me centraré en el moral. El uso que podíamos obtener de los animales como alimentación (al igual que un león se alimenta de una gacela, o un tiburón de peces más pequeños) se ha trastocado y se ha transformado en abuso. Hemos roto ese equilibrio al que apelamos cuando decimos que comer carne 'es natural'. 
'La gente puede tener la esperanza de que la carne que compra proviene de un animal que murió sin dolor... pero en realidad no quieren enterarse'
Esa es la diferencia. Nosotros podemos escoger. Comprar carne que ha sido producida en sufrimiento y torturas es dar consentimiento, es aceptación. Es el modo de seguir apoyando esta poderosa industria y darle el sustento que necesita: su financiación. Sólo hay una manera de no prestar complicidad a un modo de producción sostenido por el sistema capitalista: no participes en él. Lo perverso no es la técnica, es lo que el hombre hace con ella. El camino empieza con la concienciación. Un hombre que no ignora lo que de manera indirecta apoya con sus decisiones adquiere un valioso poder, la capacidad de decidir de manera plenamente consciente. Una actitud distinta genera una técnica distinta, una técnica que no atienda sólo a lo económico o a lo útil, sino que responda ante la moralidad.
El animal es individuo. Es sujeto de una vida, experimenta una vivencia individual de su bienestar y malestar, con independencia de la utilidad que esto reporte en los intereses de otros seres. Nosotros somos animales. Ellos también. Tenemos diferencias, eso está claro, pero todos poseemos un valor intrínseco que nos hace merecedores de un trato digno. El capitalismo gana dinero con esta explotación. Los animales pierden su vida. Nosotros, aún podemos decidir. ¿Te compensa violar el valor inherente de un individuo?

(II) La arquitectura de la matanza

El hombre ha desarrollado la técnica que le permite someter al resto de animales. Ni un sólo sector de la explotación animal queda a salvo de la incursión de la teconología y de la presión humana para acentuar la producción.
Pongamos ejemplos de ello. Las más avanzadas técnicas de fecundación artificial nos permite obtener nuevas crías de los animales que queramos cuando queramos, aunque eso suponga introducir al animal en un ciclo sin fin de gestación e hiperlactación (en el caso de las vacas lecheras) que acortará drásticamente sus vidas. Se preña una y otra vez a las vacas para que no cese la producción de leche, que no beneficiará a nadie más que al consumidor, pues los terneros serán separados en su nacimiento. De la industria lechera sale pues una nueva rama, la de la industria ternera. La ciencia nos ayuda a calcular al detalle cada atómica disposición de la vida de cada nuevo animal. Nada es accidental. El ternero yace en su establo de madera con una cadena atada al cuello durante las 16 semanas que durará su vida hasta el camino al matadero. La cadena le impedirá moverse para conservar la calidad de su carne. Si el ternero no desarrolla músculo la carne será tierna. Además, se le privará de todo alimento con hierro, para que su carne sea lo más pálida posible. La cadena impedirá que el ternero gire la cabeza y pueda beber su propia orina (que contiene ese hierro que de manera desesperada necesita adquirir). La jaula-establo será de madera, para impedir que el animal obtenga el hierro de lamer unas posibles verjas metálicas. El resultado es el querido: la carne de ternero que consumimos es anémica y está altamente hormonada y plagada de antibióticos que han provocado su rápido crecimiento. Se controla cada parte de su dieta para que pese lo máximo en el menos tiempo, al igual que se calcula la comida que su madre necesita sólo para sobrevivir. En la pesca, contamos con enormes redes metálicas de múltiples hectáreas de dimensión que nos permite recolectar el pescado que 'necesitamos' para nuestra alimentación. Además, recogeremos todo lo que se cruce en el camino de esa red, barreremos el suelo marino, y destrozaremos ese ecosistema, añadido a la sobre explotación de las especies que pueblan esos espacios, que provoca su temprana y probabe extinción. Nuestra técnica nos ha permitido diseñar todas las jaulas en las que encerramos a las demás especies. Por ejemplo,en la que se encierran a las gallinas ponedoras. Estas jaulas son cubículos formados por rejas metálicas que se elevan e inclinan cuando el controlador lo disponga. Esto facilita dos cosas: la recolección de huevos, que van a parar a un mismo lugar; y la alimentación de las gallinas, que caen hacia el lugar donde se les ha puesto la comida, puesto que no serían capaces de llegar ellas mismas hasta allí por la aglomeración. Nuestra ciencia ha estudiado cuando se les ha de encender y apagar la luz para que produzcan más, a cuanto estrés hay que someterlas hasta que llegan a su límite y ya  dejen de ser rentables. Nuestra técnica nos permite cortar sus picos de manera rápida y eficiente, al igual que arrancar los cuernos al ganado, el rabo al cerdo o castrar a los machos. Hemos creado pistolas eléctricas que inmovilizan a los animales para que no se puedan defender contra nosotros, los verdaderos agresores. E infinidad de ejemplos más. Hemos desarrollado la técnica aparentemente más beneficiosa. Pero, ¿beneficiosa para quién?

(I) Animales: de la granja industrial a tu plato


Analicemos un triste aspecto de nuestra realidad cotidiana: la forma de contacto más directa que tenemos con los animales no humanos se efectúa a la hora de las comidas. Pero el problema base no reside en tener una alimentación cárnica, sino en no haber reflexionado sobre esa postura tan fundamental que asumimos sin cuestionarnos. El propósito de esta entrada es hacernos reflexionar sobre otras opciones de vida a las que podemos optar o, al menos, realizar el esfuerzo de eliminar la capa de ignorancia que recubre las cuestiones sobre el origen y la producción de aquello que empleamos para alimentarnos, que incluye la vida miserable de los animales que se consumen desde su nacimiento hasta su sacrificio.

El origen del sufrimiento del animal de granja se encuentra ya en su nacimiento. Todos los animales de cría son separados de sus madres (que han sido convertidas en técnica misma, consideradas meramente máquinas reproductoras vivas) al nacer. A partir de aquí, se les insertará en un ambiente de todo menos natural, privados de todas las condiciones de vida que necesitan para poder desarrollarse en pro de un interés que siempre se ha considerado mayor que el coste de su sufrimiento: el económico.
Diariamente se enfrentan a las duras condiciones de vida de sus 'hogares'.No ven la luz natural hasta su traslado al matadero, ya que se juega con la luz artificial para potenciar su productividad (las gallinas ponen más huevos, los animales de engorde se alimentan más). Conviven con otros miles de animales en espacios insuficientes para su movimiento (al no desarrollar músculos, la carne es más blanda, y adquiere un valor mayor en el mercado). El hacinamiento va combinado con la falta de ventilación e higiene, lo que provoca la común muerte por asfixia (tanto por amontonamientos como por la intoxicación producida por las toxinas de sus excrementos). La alimentación está fuertemente controlada (será abusiva para los animales de engorde, que son requeridos por su carne y tendrán una dieta líquida (consistente en grasa y hormonas de crecimiento); y tremendamente insuficiente para los animales reproductores, que sólo recibirán lo mínimo para que sigan reproduciendo). Todos estos factores alteran los ciclos naturales de la vida del animal. Esto se refleja tanto en sus cuerpos, que adquieren serias deformidades por la adaptación a espacios inadecuados a su constitución; como en su comportamiento, que se altera y se convierte en disfuncional, eliminando todo tipo de relación social que se establecería si esos animales estuvieran en libertad, y convirtiéndose en una lucha por la supervivencia, donde la actitud adoptada es el canibalismo. Para evitar que los animales se dañen unos a otros (es decir, para que no se estropee el producto que pretendemos vender) se opta por la mutilación de todas las partes del cuerpo que el animal puede usar en su defensa, o de todas las zonas que serán el foco de ataque de los demás compañeros. Es así como a las aves (gallinas ponedoras, pollos, pavos) se les realiza los cortes de pico; a los cerdos la amputación del rabo y el recorte de las orejas; a los terneros y a todo el ganado vacuno se les arrancan los cuernos y se les realiza la castración, por poner algunos ejemplos (obvia decir que son todas prácticas que se realizan sin ningún tipo de anestesia). En el traslado al matadero los animales son encerrados durante días y semanas en transportes donde, aparte de no contar con espacio, no se les administra ni comida ni bebida. Los supervivientes llegan al matadero, donde se les dispara con pistolas de corrientes eléctricas que no dejan inconsciente al animal para evitar su dolor, sino que sólo evitan su defensa del ataque que está a punto de recibir. Son colgados boca abajo desde alguna de sus patas (sufriendo ruptura de huesos e incluso de la columna), donde pasan a formar parte de una cinta transportadora. Un trabajador les va clavando un cuchillo en la zona del cuello para que se desangren. En la cadena de 'montaje', el siguiente trabajador les arrancará la piel o les desplumará. El siguiente les sacará los órganos. Y así hasta que se terminen de aprovechar todas las partes del animal que posteriormente podrás consumir de una manera u otra en el mercado. Muchos animales continúan vivos durante todo el proceso. En ningún momento es una muerte rápida. En ningún momento de la vida del animal desde su nacimiento hasta su sacrificio deja de haber sufrimiento.
La producción industrial de carne cuenta con las más desarrolladas técnicas del campo de la alimentación, que especificaremos aún mas en la próxima entrada, pero, ¿es esto progreso técnico?, ¿podemos considerar como progreso unas técnicas que sólo atienden a lo económico, y se olvidan de lo moral?

lunes, 10 de diciembre de 2012

jugando con los trans




"Los alimentos transgénicos son aquellos producidos a partir de un organismo modificado genéticamente mediante ingeniería genética. Dicho de otra forma, es aquel alimento obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otro para producir las características deseadas."

Desde que el hombre decidió establecerse y surgió la agricultura, mucho hemos andado. Sin embargo, hay algo que no ha cambiado desde entonces: la búsqueda incansable de la optimización de los cultivos. Se seleccionan las semillas, se buscan nuevas técnicas de cultivo, vegetales que demuestran ser más resistentes, tierras más fértiles, mejores sistemas de regadío, y así un sin número de variantes que convertirían un cultivo normal, en el cultivo perfecto. Hoy nos enfrentamos a una innovación, cuanto menos, polémica: la manipulación genética de los alimentos.

El 18 de Mayo de 1994, la Food and Drug Administration de EEUU autorizó la comercialización del primer alimento con un gen extraño, el tomate Flavr-savr creado por la empresa Calgene. Gracias a la manipulación genética, estos tomates aguantaban más tiempo maduros y tenían una mayor resistencia, lo que permitía cosecharlos para el consumo directo, sin la necesidad de que madurasen artificialmente en cámaras. Desde entonces se han elaborado cerca de cien vegetales con genes ajenos insertados, siendo los más importantes para la industria alimentaria la soja resistente al herbicida glifosato y el maíz resistente al taladro (carcoma).

Los beneficios de los cultivos modificados genéticamente están claros: mayor resistencia al frío, al calor, a los herbicidas, a sequías e inundaciones, a sales y metales, etc, lo que conlleva una mayor producción y una consecuente disminución del precio de venta. 

La controversia aparece con los riesgos. La introducción de genes nuevos en el alimento provoca transformaciones impredecibles de su funcionamiento genético y de su metabolismo celular, proceso en el cual se pueden generar sustancias tóxicas o proteínas extrañas para el organismo, que pueden producir alergias y enfermedades en los humanos tras su consumo, así como alteraciones de las propiedades nutritivas del alimento. Además de los riesgos sanitarios, estos productos  presentan un gran riesgo para la biodiversidad del planeta: potencian la erosión y la contaminación genética, además de potenciar el uso de herbicidas. A su vez, la polinización cruzada de estas plantas modificadas genéticamente para ser resistentes a herbicidas, con malas hierbas silvestres de los alrededores a través de insectos, hace que surjan las así llamadas "super malas hierbas", capaces de causar graves daños en plantas y ecosistemas naturales. Del mismo modo, estas plantas transgénicas pueden desplazar a especies autóctonas de sus nichos ecológicos. 

¿Hasta qué punto la mejora de la producción justifica la manipulación genética? ¿Realmente es segura? ¿Se trata de una aberración o de una "ayuda" a la naturaleza para realizar las mutaciones evolutivas necesarias? 

Para que sepáis lo que consumís, aquí os dejo la Guía roja y verde de alimentos transgénicos elaborada por greenpeace, dónde aparecen las marcas y productos elaborados con alimentos transgénicos y aquellos que están libres de ellos. Estoy segura que os sorprenderá

En el terreno de la bioética: los animales y la técnica

Miles de millones de animales son dañados año a año al ser utilizados como objeto de uso. Una vez entendida la postura especista, podemos reconocer múltiples ejemplos de ella en nuestra vida cotidiana y en muy variados ámbitos: la alimentación, la vestimenta, el entretenimiento o la experimentación. Éste último aspecto es el que analizaremos a continuación.

La técnica científica se beneficia del animal no humano en prácticamente todas sus investigaciones. Es él el principal instrumento de trabajo. Siendo así, ¿por qué la cuestión de la experimentación con animales no humanos no recibe más que una atención marginal en el campo de la bioética? ¿A qué es debido esto? En un primer momento, no consideramos que los intereses y derechos de los animales sean moralmente significativos, y por ello nos resulta indiferente que sus vidas se pierdan en laboratorios. En un segundo momento, reconocemos que, aunque sus intereses si tienen cierta importancia, no pueden situarse en el mismo nivel que se encuentran los de los seres humanos. Justificamos el enorme daño producido porque nosotros obtenemos beneficio de ello. 
Y no podemos negar que se produce ese daño. La vida de un animal de laboratorio no puede definirse precisamente por su calidad. Encerrados en jaulas que apenas sobrepasan el tamaño del propio animal, reciben un único estímulo que les mueva de allí: la visita de sus investigadores. Es entonces cuando los animales son sometidos a todos los procedimientos invasivos que se consideren necesarios para que la investigación de algunos frutos. La lista de experimentos que se han realizado o se siguen realizando día a día con animales no humanos es prácticamente infinita. Una cosa resulta clara: a éstos animales les afecta vivir en un laboratorio.Su metabolismo, su comportamiento y su ciclo vital se ven truncados de una manera determinante. El argumento principal que se mantiene para incluir a cualquier tipo de animal, a excepción de los humanos, en el campo de la experimentación es que poseen un sistema nervioso casi idéntico al nuestro lo que nos permite asimilar los resultados obtenidos en los animales no humanos como los resultados que obtendríamos si experimentásemos propiamente con animales humanos. Se investiga con ellos porque sienten igual que sentiría un ser humano en esa misma situación. ¿No es esa capacidad de sufrir similar a la nuestra la razón que debería justificar precisamente que no se experimentase con ellos? Esto es, preferimos que otros animales que no somos nosotros sientan ese sufrimiento para que podamos 'avanzar' científicamente. Esto sería más razonable (aunque discutible, sin duda) si la mayor parte de las investigaciones que se realizan con animales tuviese fines biomédicos, y si estos fines enfocasen objetivos vitales para la salud humana. Pero esto no sucede así. La mayor parte de los experimentos se reducen a cuestiones estéticas (a ver qué champú nuevo sale al mercado o qué producto de maquillaje es más resistente), a investigaciones psicológicas sin ningún tipo de relevancia en la vida práctica y teórica, o la búsqueda por la carne de animal más tierna o sabrosa. Por estos 'grandes avances' cerca de 127 millones de animales al año son usados en laboratorios.
De manera directa no podemos enfrentarnos a esta práctica (no podemos evitar de un momento para otro que países como Estados Unidos destinen cinco billones de dólares procedentes de impuestos a estas investigaciones) pero sí podemos de manera individual mostrar una actitud moral frente al uso de seres vivos en investigaciones prescindibles. Si piensas de éste modo, que un superfluo deseo humano no puede justificar en ningún momento el sufrimiento animal, no prestes tu consentimiento a todas aquellas marcas y corporaciones que abusan de los animales empleándolos como meros objetos de trabajo. Los primeros pasos de la liberación animal consisten en no permanecer inconscientes de los grandes problemas éticos que nos rodean.
Todos los animales tenemos una experiencia vivencial de la vida y somos capaces de disfrutar de un bienestar individual. Quienes consideren el uso de los animales como meros recursos, ha de hacerlo asumiendo el costoso precio moral de no mostrar el respeto adecuado al valor intrínseco de los animales que están siendo explotados.

Esta entrada es un punto de partida en la reflexión de la ética animal, y no hace justicia a la dura realidad de los millones de animales que la sufren diariamente. Para poder mantener una postura crítica en esta temática (ya sea tanto a favor como en contra) infórmate. Mi recomendación personal es leer a Peter Singer y curiosear por las páginas web que muestran imágenes, vídeos, estadísticas e informes sobre la vida en los laboratorios (igualdad animal, PETA, o mismamente, YouTube

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Agricultura urbana, ecología a pie de calle

El hombre se ha visto envuelto en una vorágine de desarrollo que le arrastra a las grandes ciudades dominadas por la tecnología, espacios donde parece no haber sitio para la naturaleza, ¿o sí?.

Cada vez son más las personas que se apuntan a un movimiento, tanto ecológico, como social: la agricultura urbana. La agricultura urbana surge de la mano de la Revolución industrial y el éxodo a las grandes ciudades, cuando los obreros recibían un salario ínfimo que no les permitía cubrir sus necesidades básicas, y una de las oportunidades que vieron para subsistir fue la creación de pequeños huertos en los límites de las ciudades. Estos huertos solían ser comunes, pertenecían a un grupo de personas que normalmente vivía cerca de ellos, y, además de alimentarles, les permitía comerciar con los alimentos a unos precios asequibles para los obreros de la zona.

Hoy en día este fenómeno está cada vez más patente. En España existen numerosos huertos urbanos en todas las grandes ciudades. Normalmente se sitúan en solares o zonas abandonadas de la ciudad, aunque no es extraño encontrárselos en cunetas o incluso fuentes, reconvirtiendo estos espacios en lugares de convivencia que permiten a los ciudadanos recuperar una humanidad y una naturaleza que, a primera vista, parecía perdida. Son huertos ecológicos, generalmente promovidos por asociaciones de vecinos, en los que la entrada es totalmente libre y donde la gente que acude, así como sus motivaciones, son muy distintas.

Lo interesante de estos huertos no es sólo su capacidad de adaptación en un medio que les es hostil, sino también la gran cantidad de movimientos sociales que se fraguan en ellos. Lo que empezó como un pequeño huerto, acaba por convertirse en un improvisado ágora donde distintas generaciones discuten temas de todo tipo, comparten experiencias, donde surgen movimientos sociales y políticos impulsados por la sociedad y para la sociedad, donde el nihilismo social desaparece.

¿Es este el inicio de la resistencia? ¿Acaso comenzamos a darnos cuenta de que un desarrollo desmesurado sin objetivo alguno, como el que estamos viviendo, no lleva a ninguna parte? ¿Viviremos un éxodo masivo a las zonas rurales? Sea como fuere, está claro que es necesario un cambio de actitud urgente con respecto a la naturaleza, si no queremos que la realidad que nos pintó Huxley en Un mundo feliz acabe por ser algo más que simple literatura. Estos huertos urbanos son un pequeño paso al alcance de todos que os animo a descubrir




martes, 20 de noviembre de 2012

Una nueva batalla moral: la liberación animal

Si anteriormente traté de esclarecer el concepto de especismo, en la presente entrada comenzaré por exponer la clase principal de especismo que nosotros practicamos: el antropocentrismo.

Consideraremos el antropocentrismo como la postura que defiende los intereses de la especie humana por encima de los intereses, necesidades e incluso del bienestar del resto de especies animales. Por nuestra arbitraria pertenencia a la especie humana obtenemos un valioso status moral: la aceptación en la comunidad de iguales,el reconocimiento de la igualdad moral. Pero, ¿podemos juzgar como correcta una ética que atendiendo exclusivamente a los intereses de la propia especie imposibilita la realización de los intereses de los demás seres vivos? Vemos una primera distinción entre todos los animales (ya sean humanos como no humanos): no todos pertenecemos a la misma especie. Esto es una diferencia, ahora bien: ¿es una diferencia moralmente pertinente?, ¿en qué se apoya el antropocentrista para creer que, efectivamente, sí lo es? 
El argumento fundamental que respalda la actitud antropocentrista es reconocido como la superposición de las especies. En síntesis, este razonamiento nos comunica que se debe respetar a los seres humanos por encima de cualquier otra especie porque somos nosotros los únicos que poseemos ciertas capacidades (generalmente intelectuales o lingüísticas) o podemos establecer relaciones especiales (de afectividad, por ejemplo). La posesión de estas capacidades, por tanto, es lo que nos posiciona (presuntamente) en un estrato moral superior. La insostenibilidad del argumento se revela cuando profundizamos en su supuesto. En primer lugar, la afirmación en la que se basa es falsa. Consideran ciertas capacidades como lo esencial del ser humano, lo que lo constituye como ser superior, único o diferenciado. Ahora bien, no todos los humanos presentan esas capacidades, ¿entonces, eso les excluye de pertenecer a la especie humana? En segundo lugar, no sólo observamos que existen personas con una diversidad funcional que no cumplen esos requisitos de inclusión en la comunidad de iguales, sino que, además, existen animales no humanos que sí que los cumplen, ¿por ello pertenecen a lo que ésta teoría ha calificado de ser humano? Éste criterio no funciona para realizar una distinción que no resulte difusa entre seres humanos y demás animales. Además, éstas capacidades que son consideradas según el antropocentrista como el criterio para pertenecer o excluir a seres de nuestra comunidad, resultan moralmente irrelevantes . 
Entonces, ¿cuál es el criterio que debemos establecer para considerar a un ser digno de ser tratado moralmente? Considero que la característica básica que le da a un ser el derecho a una igual consideración es su sensibilidad, esto es, su capacidad tanto de sufrimiento, como de disfrute. Esta postura es denominada como sensibilismo, y es el contra argumento necesario ante toda actitud discriminatoria. Lo que está mal es causar sufrimiento a otro ser, incluso si ese ser no pertenece a tu propia especie. Esto nos lleva a afirmar que todo individuo que tenga esta capacidad de sufrimiento merece el reconocimiento de una igualdad de trato dentro de una misma comunidad moral, que todo sujeto de vida merece el reconocimiento de unos derechos básicos inalienables y que debe tratársele de acuerdo con sus necesidades y deseos. 
La capacidad de sentir nos vincula irremediablemente con el resto de especies.
Éste es el camino de la liberación animal, que nos exige hacer extensivo el trato moral que sólo aplicamos a los miembros de nuestra especie al resto de ellas y defender esos principios que hasta ahora sólo nos han resguardado a nosotros para que protejan también a los demás animales no humanos: el derecho a la vida, a la protección de la libertad individual y la prohibición de la tortura. Todo esto será únicamente posible construyendo una ética que vaya más allá de la especie.

viernes, 16 de noviembre de 2012

La conciencia de las máquinas


Este texto, tiene como propósito una introducción al tema sobre la conciencia de las máquinas, siendo el término conciencia tratado y entendido no como aquella capacidad de darse cuenta de sí y de su entorno, es decir, de una autoconciencia de los propios artefactos, sino de la forma en la cual éstos están creados en aras a menguar o mejorar los problemas que surgen y afectan a la sociedad vigente. Un ejemplo práctico sobre esta idea es, como el mercado automovilístico ha variado tanto en las últimas décadas frente al problema del cambio climático. Son frecuentes los anuncios que inundan nuestras pantallas con vehículos híbridos o eléctricos asegurando vender eficiencia y rentabilidad siempre con una mentalidad más ecológica y segura frente a los obsoletos y contaminantes coches de gasolina. 

Visto este ejemplo no podemos negar la capacidad de adecuación o acondicionamiento a las que son sometidas las máquinas y son muchas las industrias y empresas que se han unido a este plan ecológico bajo un sugerente eslogan: “Buy Green to Save Green”. Exponiendo al mercado productos innovadores y en su mayoría renovables para un consumo más concienciado y eficiente. Al igual que con el ejemplo anterior, podemos encontrar diversos productos tecnológicos mejorados o totalmente modernos que se encuentran dentro de este marco de conciencia social y ecológica, por lo que no siempre esa conciencia de los artefactos se desenvuelve en el mismo horizonte. 

Pero este hecho no es algo totalmente novedoso, sin ir más lejos, Aristóteles, en una de sus obras hace mención a dicha subordinación de las máquinas: “Si todos los instrumentos inanimados pudieran cumplir su cometido obedeciendo las ordenes de otro o anticipándose a ellas, como se dice hacían los de Daedalos, o los autómatas de Hefestos […], si las lanzaderas tejieran solas […], los amos no necesitarían esclavos.” [Política Aristóteles Libro I Capítulo 3, 1253b 33.]

No podemos evitar hablar de una evolución tecnológica que pone las máquinas al servicio y disposición del hombre y nos proporciona un ahorro de tiempo y facilidades cotidianas adaptadas a nuestro sedentario estilo de vida, además de una actual “conciencia ecológica”, todo eso a pasos agigantados. Estas prestaciones son cada vez más económicas y accesibles a toda la sociedad por lo que cada vez es más sencillo recurrir a ellas sin necesidad de renunciar a un consumo ecológico y eficiente.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Tenemos mucha técnica, y muy poca sabiduría.


Hace ya 62 años que Norbert Weiner publicó una de sus obras más influyentes: Cybernetics and Society, acompañada con un subtítulo esclarecedor, a la par que prometedor: The Human Use of Human Beings. Este proyecto prometía ser un avance, no solamente en el campo científico y técnico, sino también en el campo humano. La pregunta es: ¿Lo ha sido? Qué se iban a imaginar los griegos, los medievales, o incluso los seres humanos del siglo XIX que la técnica iba a alcanzar los niveles que ha alcanzado hoy en día. ¡Para ellos era impensable! Ahora bien, cabe preguntarnos: ¿Ha avanzado tanto la humanidad como la técnica?¿Ha habido un progreso humano como tal? ¿Estamos haciendo un uso humano de los seres humanos?

La tecnología envuelve a la sociedad de tal manera, que los seres humanos se sirven de ésta para responder aquellas preguntas vitales que ya se formulaban los griegos en el siglo V a.C, como por ejemplo: ¿Qué puedo hacer para que mi vida merezca la pena ser vivida? Pero ahora hay marcas de tecnología que venden su producto como “answers of life”, ahora bien ¿acaso puede ser la tecnología la que responda a tales preguntas? Es por eso por lo que creo que no ha habido un progreso humano como tal, es más, defenderé que el desarrollo tecnológico ha adormecido a la humanidad. Las personas han dejado de preguntarse a sí mismas qué es lo que quieren, qué es lo que piensan, o qué es lo que sienten, esto es, ya no hay un proceso de autognosis. Los griegos otorgaron gran importancia a este proceso, sólo hace falta recordar la inscripción que hay a la entrada de Delfos: conócete a ti mismo. En cambio, los seres humanos del S XXI ven el conocimiento de uno mismo como una labor aburrida y molesta. De ahí, que resulte inútil preguntar a una persona cuáles son sus deseos y aspiraciones, puesto que su respuesta será tan mecánica como la de un robot; sus deseos responderán a lo que la sociedad tecnológica le haya impuesto, y será justamente ésta la única que pueda "satisfacerlos". 

El ser humano no tiene derecho a vivir, sino que tiene el deber de vivir ¿A qué me refiero con esto? Me refiero a que debe ser él mismo el que elija libremente quién ser, qué hacer, y cómo vivir. Porque de eso se trata la vida, de hacerse a uno mismo. No se trata de delegar esa responsabilidad a la tecnología que falsamente se presenta como liberadora, porque no lo es. Si dejamos esa labor a la tecnología permaneceremos dormidos toda nuestra vida, seremos personas falsamente libres, no tomaremos las riendas de nuestra vida, y nunca seremos verdaderamente felices. Pues como bien dijo Aristóteles: "Quien renuncia a tomar las riendas de la propia existencia, renuncia con ello a ser feliz".

¿Por qué creo que no ha habido un progreso de la humanidad como tal? Seguimos peleándonos como hace 2000 años, ahora con más violencia, diría yo. Nos hemos olvidado del deber que tenemos como seres humanos que somos. El deber que tenemos a la hora de relacionarnos con la naturaleza, en vivir sosegadamente y en paz. Pero sobre todo, y lo más importante, en hacernos a nosotros mismos, no permitiendo que la tecnología se ocupe de esa labor tan humana. No hemos aprendido a vivir en paz, y a disfrutar de la técnica. La tecnología es extraordinaria, sólo que hay que saber cómo usarla, y para qué usarla.

¿Aprenderemos?





Marina de Dios

martes, 13 de noviembre de 2012

La ética animal como lucha contra el especismo

¿Qué relación tiene - os estaréis preguntando- la ética animal con la ecofilosofía, o yendo más allá, con la tecnología? El objetivo de esta entrada es exponer una problemática fundamental para el ecologismo y aclarar los conceptos base que nos permitan comprender su profundidad.

El enfoque particular de mis entradas apuntará a la relación de dominio que establece el animal humano, sostenido por la fuerte industria tecnológica, sobre los animales no humanos. El término especismo hace referencia a esta relación de poder que adopta de manera práctica casi toda la humanidad sometiendo a la comunidad animal.
Definimos especismo como un prejuicio, inclinación o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de la especie propia en detrimento de las restantes. Es pues, una discriminación moral, y además de ello, supone un grave impacto ecológico (como fundamentaremos en las próximas entradas). Analizando esta definición podemos establecer una clara analogía con el racismo y con el sexismo. Acorde con el documental Earthlings; los racistas violan el principio de igualdad otorgándole un valor superior a los intereses de los miembros de la propia raza, los sexistas violan el principio de igualdad favoreciendo los intereses del propio sexo frente al otro, y, de igual manera, los especistas consienten que los intereses de su propia especie pre-dominen sobre los intereses de los miembros de las restantes especies. El principio de igualdad de los seres humanos remite a una igualdad moral, expresa la norma que nos indica cómo deberíamos ser tratados. A lo que no hace referencia es a una igualdad real, esto es, el principio de igualdad no se aplica por el hecho de que seamos iguales de una manera efectiva, ya que estrictamente hablando no podemos serlo, porque no hay ser que resulte idéntico a ningún otro. El principio de igualdad es el criterio que se usa para introducir o dejar fuera a posibles miembros nuevos dentro de una comunidad de iguales. Según lo visto, el especismo implica que únicamente se reconozca un imperativo moral entre los componentes de la propia especie. Que consideremos solamente al humano como un ''alguien'' hace que reconozcamos a lo demás que nos rodea como un mero ''algo'', y le demos el mismo trato que a un simple objeto. 
La cultura en la que estamos inmersos, la educación que recibimos y la sociedad con la que nos relacionamos es fundamentalmente especista. De manera normal, asumimos que sólo los miembros de nuestra propia especie han de ser tenidos en cuenta plenamente. Mostramos una disposición a infligir a los animales no humanos un dolor (y de manera común y añadida, la muerte) que no consideraríamos ni por un momento aplicar a un animal humano. Tomamos como legítimo dañar a otras especies si este daño nos reporta algún beneficio, ya que en nuestra tabla de categorías los restantes animales han quedado relegados a recursos. Pero, ¿es ésta postura moralmente correcta?, ¿qué nos lleva a afirmar que por el hecho arbitrario de pertenecer a una especie y no a otra somos los dueños de las millones de especies vivas restantes?, ¿cuál es la idea equivocada que convence al hombre como humanidad de que él debe dominar la Tierra sobre lo demás y los demás que le rodean? En una era donde el racismo y el sexismo son actitudes fuertemente combatidas y cada vez menos frecuentes, ¿no es el momento de darnos cuenta de que nosotros aún caemos en el último de esos -ismos, e iniciar una nueva batalla moral?

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Energía


En esta entrada vamos a tratar el núcleo de la problemática del ecologismo, a saber, la oposición del hombre con la naturaleza, partiendo del concepto energía. Definimos energía como la adquisición de recursos naturales, es decir, como el hombre obtiene los recursos que necesita de la naturaleza que de por sí tiende a no ser dominada, a no ser sometida a nuestros fines, en términos populares podríamos decir: “el que algo quiere, algo le cuesta”. Esta dominación por parte del hombre es necesaria, de lo contrario el hombre perecería, esto es, la manera de no dominar en ningún sentido la naturaleza seria la extinción del hombre, toda mediación del hombre supone una agresión a la naturaleza , incluso si volviéramos ahora mismo a una sociedad des-industrializada con la población actual supondría arrasar con los recursos naturales, pues consumiríamos la totalidad de los recursos afectando a los ecosistemas y provocando la extinción de la naturaleza.
Es gracias a la tecnología que mejorando los sistemas de producción, creando invernaderos piscifactorías, granjas, energía en las centrales ( que es la base de la producción )... como el hombre puede ganarle la partida a la naturaleza para poder sobrevivir. El modo como el hombre realiza esta acción es el debate que nos ocupa y que abordaremos en próximas entradas. Por el momento vamos a indagar un poco más en esta cuestión del hombre frente a la naturaleza, podemos mostrar como en sociedades menos desarrolladas, en las que es el mito el que regula el modo como el hombre media con la naturaleza, se observa más claramente la dependencia que tiene el hombre de la naturaleza pues aunque sea opuesto a nosotros también es lo que nos permite vivir, no podemos permitimos el lujo de acabar con ella. Es este puesto singular del hombre en el cosmos lo que nos lleva a plantearnos cuestiones de desarrollo sostenible, es decir, tenemos que establecer las proporciones en las que podamos consumir lo necesario sin destruir la naturaleza y a nosotros mismos como consecuencia.
Me queda hacer un breve resumen histórico de la evolución del concepto naturaleza, por lo breve y esquemático del discurso no puedo detenerme a debatir diversas interpretaciones de mis afirmaciones, así junto la época antigua y la medieval por ser anterior a la aparición de la ciencia moderna. En este conglomerado de época antigua y medieval Dios era padre (curioso que se cambie madre tierra por padre generador) y creador de la naturaleza y del hombre, la naturaleza tiene un componente intrínsecamente malo (pecado original) que se encuentra en oposición al hombre pues este participa de lo mas elevado (bueno) que es Dios. Con el surgimiento de las épocas moderna y contemporánea donde la razón (causa, efecto) es la que dicta el conocimiento, la naturaleza se nos muestra como autorreguladora y autónoma donde el orden racional es el que regula y por ser orden racional y participar de la razón se torna buena, para muestra las teorías del malestar de la cultura donde el hombre solo puede ser feliz fuera de esa oposición a la naturaleza que es la cultura, es decir, que tiene que participar de la razón natural ser uno con la naturaleza para poder autorrealizarse en la felicidad, que es lo propio del hombre .

Ecologismo, feminismo y el porqué de su re-definición




No es hasta mediados de la década de los 70 cuando, de mano Françoise d'Eaubonne, aparece por vez primera el término ecofeminismo. Hemos de aclarar en primer lugar que no existe una única vertiente de esta tradición filosófica, por lo que cabe mejor hablar de ecofeminismos -en plural-. Y que si algo tienen en común todas ellas es un acercamiento, desde los marcos explicativos y conceptuales del feminismo, a los problemas medioambientales.
Defienden, más concretamente, que el movimiento feminista y el movimiento ecologista se apoyan mutuamente, que tienen conexiones en común -permitiendo entender más ampliamente el uno desde el otro- y que ambos esencialmente buscan desarrollar perspectivas y prácticas globales ajenas a los sistemas de poder bajo la lógica de la dominación.
Es esta vinculación entre la dominación de la mujer -por parte del hombre- y la dominación de la naturaleza -por parte de la humanidad- la que hace necesaria la consideración de ambas dentro del marco de una teoría moral o política que pretenda dar cuenta de los estados de opresión. Y, por el contrario, la omisión o falta de reconocimiento de una de estas dos dimensiones supone irremediablemente una carencia al menos explicativa -cuando no deriva en una concepción directamente inadecuada- del feminismo, el ecologismo o las filosofías medioambientales.
Es en la consideración de las conexiones entre las dominaciones gemelas -que será como llamaremos a las sufridas históricamente por la mujer y la naturaleza-, de sus orígenes y características sobre lo que discutirán mayormente lxs filósofxs ecofeministas.
Un punto importante y relativamente novedoso con respecto a otras maneras de hacer ética es que desde la teoría ecofeminista se aboga por una forma de trabajar de abajo hacia arriba, esto es, que la ética es por definición contextualista y plural. Que no se atiene a unos principios globales que pretendan, sin conseguirlo, dar cuenta de toda la especificidad de cada situación concreta sino que buscan para cada región, lo que esa región necesita. Esto no significa que todo valga ya que, simultáneo -o previo- a este proceso de construcción de leyes morales se ha de desarrollar otro paralelo de estudio sobre la localización, analisis y -cuando proceda- posterior deconstrucción de los primados patriarcales, racistas, sexistas, naturistas .etc.Ya se encuentren estos en el lenguaje más cotidiano, las administraciones, la tipificación de las relaciones sociales...
Algunxs autorxs hacen también un llamamiento en este caso a la recuperación de ciertos principios abandonados a lo largo de la historia por vincularse a lo femenino como serían los de afecto, respecto, reciprocidad, etc. que pasarían a ocupar un papel central como pilares de la Ética.

martes, 6 de noviembre de 2012

¿Juego o superación?


Como animales los seres humanos hemos sido parte de la naturaleza, pero en el momento en que desarrollamos nuestro intelecto nos hemos ido alejando de ésta(o eso dicen). Me parece, pues, interesante estudiar cómo el avance de nuestra inteligencia, así como el de la tecnología, ha afectado a las personas en un aspecto de su vida que parecía incontrolable: la misma biología.

Es un tema muy tratado y controvertido de la bioética actual el de la manipulación genética, pues plantea una diversidad de problemas que para la gente son insalvables. Eso unido al desconocimiento de la gran parte de la población, nos lleva a unos prejuicios y unas contrariedades crecientes a medida que se abre camino esta disciplina en nuestra sociedad. Además, las personas al aceptar la visión positivista no piensan en la ciencia como un medio de control manejado por  intereses  de sustentabilidad poco clara. Por eso se exigen regulaciones legales en torno a estos temas.

En torno a temas como la clonación o incluso el elegir niños “a la carta” nos surgen automáticamente problemas éticos como puede ser el problema de la libertad. ¿Es acaso una negación de ésta al controlar la vida misma? Sin embargo, me gustaría plantear otra cuestión: ¿Acaso alguien ha elegido cómo quiere nacer y dónde? No podemos darle un poder de elección a algo que todavía ni existe, además en un mundo utópico en el que pudiéramos crear  niños que no tuvieran enfermedades ni trastornos genéticos(que no ya estéticos pues me parece algo irrelevante), ¿no elegiríamos que nuestros hijos pudieran vivir sanos y sin peligro de morir prematuramente o de vivir una vida de sufrimiento? Nadie elegiría sufrir si puede evitarlo.

El otro problema es de índole religiosa y es que se considera que el ser humano, al manipular la vida misma, está jugando a ser Dios. Lo único que puede decirse respecto a esto es que, si Dios existe y somos su creación, está claro que la creación es imperfecta. No es un juego, es una superación del ser humano y sus debilidades y si conseguimos ser humanos más perfectos(repito, biológicamente hablando. No me meto en temas estéticos ni morales) , ¿no habremos superado incluso a Dios?

Alejandro Far Huete.


Presentación



Abordaremos desde una perspectiva crítica las diversas temáticas que nos lleven a replantearnos las múltiples relaciones posibles de dominación y poder que se establecen entre naturaleza, sociedad y tecnología; no perdiendo de vista que son nuestras acciones las que determinan el carácter de estas mismas.